
La Caja del Mal – (Martin Langfield)
«La Caja del Mal» es una novela de suspense diferente. Puedes resolver las pistas con el protagonista y unirte a la búsqueda para cerrar La Caja del Mal de una vez por todas.
Un viejo amigo de Robert Reckliss le revela la existencia de un arma basada en las investigaciones de Isaac Newton que podría borrar Occidente de la faz de la tierra… Y la responsabilidad de perseguir esta arma, esa caja maléfica, recae en él. El arma está preparada para explotar en siete días y Robert debe emprender una búsqueda, debe pasar una serie de pruebas en Manhattan para localizar las llaves necesarias y evitar la detonación.
En una desesperada carrera a contrarreloj, Robert rastrea las calles de la gran manzana guiado por Terri, una misteriosa médium, bajo la mirada constante de un siniestro vigilante. Fuerzas mayores luchan para evitar que finalice la búsqueda…
Nueva York, 2 de Septiembre de 2004
Un ojo que todo lo sabe, hermoso, implacable e irresistible, observaba fijamente el alma de Robert. Él luchaba para controlar la respiración y así transformar su miedo.
Me ofrezco en lugar de ellos. Llévame. Déjalos marchar…
El corazón le latía con fuerza. Estaba al borde del éxito o del fracaso. Millones de vidas pendían de un hilo.
…rezo por mi captor…
No oía ni veía nada, pero sabía que el Artefacto estaba cerca. Podía sentir su poder atravesándolo.
…como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden…
Intentó contener el pánico.
…y líbranos del mal…
Su energía pura era aterradora. La luz de miles de soles. Su mente bullía deduciendo, estimando, recordando: el centro de Manhattan, bajo tierra.
…hágase tu voluntad…
El aire era denso, crepitaba impregnado de energía hostil, con palabras no pronunciadas, como un aliento abrasador sobre su piel. Sus sentidos se asomaban sigilosamente al sentir la amenaza, el dolor que estaba por llegar, pero también algo más: el deseo de no hacerle daño, la consciencia que provocaba cautela, incluso miedo.
…llena de compasión mi corazón…
Sintió que la mirada inquisidora del ojo llegaba a los rincones más recónditos de su alma. El Artefacto, la Caja del Mal, el Ma’rifat’, quería conocerlo. Era una bomba a punto de estallar, una reacción en cadena casi incontenible que se alimentaba de los corazones de aquellos que lo rodeaban.
Hacía preguntas: «¿Quién eres?», «¿cuáles son tus deseos más secretos?».
Él había elegido estar allí, lo había querido, lo había buscado con sus acciones. Luchaba para controlar el miedo, para dejarlo a un lado.
…convierte el miedo en amor…
Ante sus ojos veía escenas y fragmentos de la ciudad. Arcos curvados, túneles y plazas y monumentos verticales, dedos y espinas apuntando al cielo desde la tierra, espirales y hexágonos, números y estrellas.
…la mente como un espejo…
La búsqueda había comenzado siete días antes, y con ella la destrucción de todo lo que él consideraba vida.
Había descifrado un código tras otro, había seguido pistas extrañas y maravillosas por la ciudad, había encontrado líneas de luz y nostalgia, de lujuria y miedo. Una búsqueda del tesoro, un juego de geoescondite. Decodificar la ciudad. Entrar en el laberinto. Leer la historia secreta antes de que el enemigo lo hiciese. El reloj siempre vuelve a cero. Aquí estaba él, enfrentándote a su final, y estaba de nuevo donde había empezado.
…corazón misericordioso…
Mientras yo yacía en el suelo, miraba la oscuridad, estirándose para poder ver algo del Artefacto. Giró la cabeza. Luego lo vio: un cilindro dorado y blanco con complicados grabados que emitía una luz tenue, con sus lados decorados con caracteres árabes y con incrustaciones de metales preciosos. En la semioscuridad desafiaba el enfoque, como si estableciese su propia geometría. Sus bordes superior e inferior parecían girar lentamente en sentidos opuestos. Era el el Ma’rifat‘. Esta a punto de estallar.
La voz de un hombre, ronca y violenta, lo sacudió como un rayo:
—Robert.
Cuando intentó hablar tenía la boca pegajosa, la garganta obstruida y nada salía de ella. Era el momento de luchar. Estaba preparado. Proyectó su mente hacia el pasado.
…perdónalo…